Split
Creo, pero tan solo creo que me enamoré. Digo que creo, porque vuelvo a creer, que jamás he sentido eso plenamente ni lo he experimentado por mucho tiempo. El problema es que no me enamoré de una mujer, sino de dos. Las he tenido frente a mi durante largo tiempo, pero nunca me había dado cuenta de lo que cada una de ellas me hacía sentir. Y no es que sea lacho ni inconformista, es que cada una de ellas llena una parte diferente de mi corazón. Las dos me hacen reir, la dos me hacen sentir bien donde sea que estemos, con cada una de ellas no me importa lo que piense el resto de mí, con ambas me siento feliz. Pero no son iguales. Una provoca a la parte pícara de mí y la otra, mi ternura.
A las dos las miro con ojos ensimismados, con profundo cariño, pero aún no logro resolverme. No logro armar mi rompecabezas, porque ambas piezas encajan perfecto en el espacio vacío.