Mala Onda

Matías, dijiste, al igual que Holden, que cuando un libro te mata, te dan ganas de tomar el teléfono y llamar al autor. Llamarlo, ya que lo sientes como amigo, para hablar sobre su obra y que te diga si es una obra autobiográfica o para que te diga de dónde sacó al personaje. Entonces, yo te tengo un mensaje, Fuguet. Yo acabo de leer tu libro y tengo ganas de tomar el teléfono y llamarte. Porque tu libro me mató, pero no como a Matías lo mató El guardián entre el centeno, sino que me mató por lo malo. Me gustaría decirte que tu libro es una copia barata y vulgar de ese mismo libro, y que no entiendo cómo te dio la cuerda para escribir casi 300 páginas de pura superficialidad y una historia de un joven rebelde que se preocupa de problemas que no pesan ni el origami que se jalaba. Vacío. Vacío vacío, por no decir hueco.