miércoles, febrero 14, 2007

No salió

Se deshojaron las nubes, se secaron los mares y ahogaron los desiertos. Todo frente a mis ojos. Al principio no sabía si mirarlos bien o no, estaba comatoso consciente. Caminaba por inercia y no me tropezaba por suerte. Luego volví a mirar lo que se mostraba frente a mí y lo encontré hermoso.

Cañones disparando aire, de toda clase de aire, aves zambulléndose en tierra firme y volantines pegados a las nubes. Y todo esto no metafóricamente. Las bombas de aire me pegaban en la piel como agujas de temperatura. A pesar del calor infernal que había en ese momento, sentía calofríos de hielo. Mi corazón era un hielo. Y creo que aún lo es. Una harmónica no me podría haber hecho ver más solo, no, no podría. Era mi caminar y la maravilla que tenía frente a mí. Tenía dos opciones, guardarlo de donde venía o tomarlo y sacarle provecho. La verdad es que el tiempo ha pasado y no sé aún qué hacer con ella. Lo único que sé es que me sentí enfermo, debió haber sido una de esas plantas exóticas que ví, tomé y tragué. Debió habérseme atorado en la garganta, que no me dejaba tragar mi propia saliva. Una salida no me habría venido mal. Una puerta en la mitad del camino, que al cruzarla me llevase a un lugar desconocido, quizás al sur. Con todo lo que estaba viendo, podría haber pasado, pero no pasó. Tal como antes había esperado, pero no salió. Y no podía forzarla, a mi mente, a hacer aparecer algo que no nacía en el momento. De hecho, esa puerta nunca nació anteriormente, pero valía la pena el intento. Una rosa hacía nacer discos que volaban como mariposas y chocaban con mis orejas. Debo reconocer que al principio me gustaba, y al final también. Una vez ya lo había mencionado, y ahora vuelvo a hacerlo, nunca me había sentido tan frágil. "This side up". Si no era así, fragmentación segura, si no era del todo, era de una parte importante. Me sentí agradecido de lo que se me había presentado frente a los ojos, un mundo nuevo, lleno de cosas que me atraían y querían formar parte de mis estrofas. Y no miento, eso querían. Así que tomé algunas y dejé abierto el retoño de donde salieron, para dejar que salgan y aprovecharme de ellas de vez en cuando. Una curva me hizo despertar, poco a poco. Esos arcoiris invertidos y mantis religiosas se fueron alejando, agitando sus brazos suavemente, despidiéndose. Al principio lo había encontrado hermoso y luego la nostalgia me carcomió. Me partió devorando los pies y fue subiendo y subiendo hasta llegar al ombligo. Me dio cosquillas, pero no se detuvo, siguió subiendo hasta cubrirme por completo. Hasta que me sentí completamente perdido. Había perdido la maravilla que tenía al frente, y los disco que flotaban cerca de mis oídos ahora arremetían con fuerza contra ellos. Herían.

Ahí sí que me sentía solo, me acordé de un poema que no tiene nada que ver, excepto una frase. Que en mi caso sería egoísta, así que no la comento. Trance. No hay voz, no escucho, no soy, solo estoy. Que incómodo. Ocupo espacio, productividad cero. Zona cero. Sí, eso es. Algo cayó sobre mí, y me dolió y luego quedé hecho ruinas. Ahora que lo pienso, no dolió tanto como creí que lo haría. Pero ahora que lo pienso, antes de dormirme voy a ver todo lo que antes ví y en vez de maravillarme, voy a repudiarme por no haber podido hacer aparecer esa puerta.
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