viernes, abril 06, 2007

Mañanador

Con un paraguas en su palma derecha y en la otra una lata de aluminio lo vi pasar por entre los árboles. Llevaba un sombrero de copa y un abrigo que le cubría hasta el cuaje. Su paso era lento pero compuesto, elegante. Me daba algo de temor acercarme a él, entonces lo seguía con sigilo, escondiéndome tras cada árbol y asomándome de vez en cuando.

En el lugar donde estaba la fuente no había arboles. Él abrió su paraguas y se acercó a la fuente, mientras yo lo observaba desde un árbol grueso al borde del pequeño valle. Y cuando se sentó, aún con su paraguas abierto sobre su sombrero, dijo con voz ronca:
- Acércate.
Me quedé helado. ¿Cómo me había visto? ¿Cómo sabía que estaba ahí? Calma, ¿me hablaba a mí?
- Sí, ven acá, no tengas miedo.
Lento, no elegante, aparecí de atrás del árbol y me acerqué al hombre de abrigo. Tímido, frente a él, me quité el gorro. Lo miré a la cara y ví sus arrugas doblándose en una sonrisa amable y sus ojos plomos. Esos ojos me maravillaron apenas los ví, los bordes del iris parecían mezclarse con la esclera.
- ¿Qué haces aquí, niño?
- No lo sé.
- Bueno, veamos si puedes hacer algo.
Su voz ronca y pausada daba confianza, por eso creo que no salí corriendo. Se tornó hacía su izquierda y tomó la lata. Y me la mostró.
- ¿Sabes cómo abrir esto?
- Con un abrelatas.
- ¿Tienes uno?
- No.
- Que lástima.
- Puedo conseguir uno.
- ¿Si? ¿Ahora?
- Mañana.
- Puede que no haya mañana.
- Sí, si lo habrá. Está siempre en mi casa.
Sonrió y me chasconeó.
- ¿Se te ocurre otra forma?
- Una piedra con filo.
- ¿Ves alguna aquí?
- No. Estamos lejos del río.
- Lástima.
- ¿Qué tiene?
- ¿Qué?
- La lata.
- No puedo saberlo.
- ¿Por qué no?
- Porque está cerrada.
- ¿Y para qué quiere abrirla si no sabe lo que hay adentro?
- ¿Por qué no habría de abrirla?
- Está oscureciendo, debo irme.
- Vamos niño, ayúdame.
- Venga conmigo.
- ¿Es muy lejos?
- Llegaremos al amanecer.
- Es muy tarde.
- O temprano.
- Debo abrirla ahora.
- Use el paraguas.
- ¿Cómo?
- Tiene una punta de metal y filosa, con eso puede perforar la lata.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- Una vez que lo cierre, no lo podré volver a usar.
- No llueve aquí.
- Para tí no.
- ¿Qué le hará la lluvia?
- Daño.
- Entonces no abra la lata.
- Debo.
- ¿Qué le hará no abrir la lata?
- Mucho daño.
- Debemos usar el paraguas.
- Está bien.

Ya las estrellas estaban en su clímax, me atrevería a decir que brillaban más de lo normal. Cerramos el paraguas y golpeamos la lata con la punta de éste. Le hicimos un orificio del que salió un olor hermoso, era una mezcla entre mañana nueva y ser amado. El olor nos envolvió y se escapó hacia todas direcciones. Los ojos del anciano ya no distinguían entre pupila, iris y esclera. Lo ví frágil. Su postura ya no era elegante y parecía estar sufriendo un gran dolor.
El sueño me mataba y no llegaría a casa antes de caer dormido, así que decidí quedarme con el anciano. Me recosté en el borde de la fuente, a su lado, y me quedé dormido. Y al despertar, noté que él ya no estaba, pero en su lugar había una lata igual a la de anoche, pero sellada. Me senté, bostecé y la tomé con mi mano. Y al mirarla, me di cuenta que tenía puesto su abrigo.

2 Comments:

Blogger dani said...

pucha, se borró mi post anterior..



siempre en tus cuentos dejas espacios, te lo he comentado antes, pero en este es algo más evidente. quién es el niño que sigue al anciano? dónde caminan, porqué no podrá abrir el paraguas después, de dónde salió la lata?

en fin. no me gustan los espacios xD pero por eso tal vez me cuesta tanto narrar sin irme por las ramas y tu forma de hacerlo es muy buena, porque das como lo justo y necesario

4/06/2007  
Anonymous Anónimo said...

u...
Interesante historia...
Bueno, como todo lo que escribes pues.
Que miedo quedarse a dormir con ancianos desconocidos!! Claro que al parecer éste era buenón... si hasta te dejo una lata nueva, que lindo!

Sabeees? deberías lanzar un libro con todos tus escritos, son muy buenos! De seguro una editorial se interesa por ti (y)
Escribes genial =D

¡Que tengas una feliz Pascua de Resurreción!

consume muchos huevitos

besos!

4/06/2007  

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